Un día como hoy pero de 1950, y luego de una trayectoria destacada en el motociclismo, debuta en el TC uno de los pilotos más importantes de la provincia y el país.
Oscar Cabalén nació en Chabás el 4 de febrero de 1924 y a los 8 años manejó por primera vez uno de los autos de su padre, desde entonces la pasión «fierrera» fue en ascenso. Vivió en Cañada de Gómez, con sus padres y después se fue a Córdoba (Ballesteros), donde un día compró una moto, H. R. D.»Vincent», y empezó a correr.
Su primer competencia fue en Bell Ville y salió primero, “El Califa”, cómo le decían en el ambiente, fue ganador desde el principio y por todo Córdoba arriba de su moto hasta 1949, cuando un accidente mientras competía lo dejo seis meses con yeso.
La gran solución, para volver a la velocidad y los fierros, fue el auto.
«El automovilismo es el 90 por ciento de mi vida. El resto es mi familia, mis amigos, todo lo demás… Pero así no lo pongas. Si mi mujer lo lee se va a amargar mucho… Rebajá los porcentajes…» fue la frase que dijo a la revista El Gráfico en el mes de diciembre, durante el Gran Premio.
Quienes lo conocieron aseguraban que hablaba siempre con todos, nunca hacía distinciones, el último hincha tenía la misma importancia que el mejor colaborador. Para Oscar, todos valían en su calidad. «A mí me gusta ganar, como a todos. Pero la satisfacción mía es la que menos me importa. Primero está la gran alegría de la gente que trabaja conmigo. Primero está lo que yo puedo ver en sus caras cuando los felicito por lo que hicieron para el auto. Esa es mi satisfacción por ganar. Esa es mi fundamental satisfacción…»
El 1 de julio de 1950 debutó en Córdoba, en su Vuelta de T.C., y se mezcló muy pronto con los grandes de aquel momento. En las pruebas de clasificación sacó el número 13, junto a Marcilla y Risatti. Luego de algunos momentos complejos en su vida personal, con la ayuda de sus amigos decidió irse a México para correr la Carrera Panamericana, competencia en la que participó en 1953 con un Ford, ubicándose tercero: el mejor de la marca y el mejor argentino.
Al año siguiente repite la experiencia, obteniendo el 7º lugar en la misma categoría. En 1955 corrió la Mille Miglia en Italia, obteniendo un 5º puesto en la categoría Alfa Romeo Giulietta Sprint Veloce. Ese año viajó por el mundo con su maestro y amigo, el gran Juan Manuel Fangio.
En 1961 volvió a la Argentina para participar en el Turismo Carretera a bordo de un Ford V8, Cabalén no solo logra su primera victoria ganando en Villa Carlos Paz y convirtiéndose en el ganador número 59 del historial del TC, sino que además obtiene el subcampeonato de ese año, por detrás del campeón Oscar Alfredo Gálvez. En 1966 ganó el «Gran Premio de Turismo» conduciendo un Ford Mustang, y en 1967 fue uno de los miembros del «Team Racing Ford Argentina».
Oscar Cabalén murió trágicamente probando un «Ford Sport Prototipo», un viernes previo al fin de semana en que se iba a correr el «6° Gran Premio de TC General Manuel Savio. En una de las salidas, el prototipo se salió del camino, a más de 205 km/h, dio varios tumbos y se incendió. El accidente se produjo en el ex Autódromo «Circuito SOMISA de Ramallo», provincia de Buenos Aires, el 25 de agosto de 1967 a las 10:17, muriendo también en el siniestro su mecánico y ocasional acompañante Guillermo Luis «Pachacho» Arnáiz, quien era por ese entonces integrante del equipo de Horacio Steven.
Actualmente y en su honor, el autódromo ubicado a 15 km de Alta Gracia lleva su nombre.
Si queres saber más de este deportistas de Santa Fe, te invitamos a leer: “Oscar Cabalén, la vida de un grande”, escrita por Oscar Imas en 1967 para la revista “El Gráfico”.